¡Escribí una canción! Nuevo episodio de Juventud Maldito Vacío
El proceso creativo donde convertí un guión narrativo en canción.
Feliz domingo.
Gracias por venir a Escribir en Voz Alta. La entrega de hoy es muy especial, porque resume un proceso creativo de cuatro meses para un episodio de nueve minutos que estoy muy orgullosa de compartirles.
En la entrega de hoy te cuento cómo convertí un guion convencional en una canción.
Comenzó como un guion de podcast narrativo.
Para quienes llegan a Juventud Maldito Vacío por primera vez: es un podcast conceptual de seis episodios sobre tener 20 años y conciliar esa brecha gigante entre lo que somos y lo que soñamos ser. El viaje de esta primera temporada ha sido autobiográfico, sobre mi sueño adolescente de ser una DJ de Radio juvenil y todo el viaje emocional que significó hacer ese sueño realidad… y dejarlo ir.
El quinto episodio de esta serie se trata sobre esa batalla. Si lo pusiéramos en términos de argumento sería como:
Ep 01: Presentamos el mundo de Laura, su sueño y su primera mala decisión.
Ep 02: Laura cae en el Maldito Vacío, el lado oscuro de la luna.
Ep 03: Laura consigue el sueño, se da cuenta de que la radio no se trata de ella y que el Maldito Vacío es algo mucho más grande que su propia realidad, es el Vacío de una generación entera.
Ep 04: Gracias a su mejor amigo encuentra una primera salida del Vacío. Se pregunta si su vida se debe resumir a un solo sueño y qué pasaría si dejara la radio.
Ep 05: Laura comprende que para derrotar al Maldito Vacío debe salvarse, y eso para ella significa renunciar al trabajo de sus sueños.
Como ya sabes, vengo de una escuela de podcast narrativo de no-ficción, entonces lo primero que hice para escribir esta batalla fue asumirlo como un guion narrativo normal. Primero le pedí a una amiga que me entrevistara, transcribí esa entrevista y armé una estructura. Luego entrevisté a algunos de mis colegas de la radio: Diego Bolaños, Sandra Defelipe y Jane Ochoa.
Lo que más me impactó de esas entrevistas fue descubrir que cada quien, en momentos distintos, vivió la ruptura con este u otro trabajo como una ruptura de un amor no correspondido. Todos pasamos por la ilusión, el “yo puedo cambiarlo” y las múltiples decepciones. Ese viaje emocional fue lo que me conmovió más, así que decidí concentrar esta historia en contarlo.
Transcribí las entrevistas y organicé todo cronológicamente. De ahí, saqué una estructura, una historia en escenas y luego hice lo que se hace en todo guion narrativo: había una vez… todos los días…. hasta que un buen día todo cambió… a razón de eso… La primera versión de la historia se veía saludable.
Fíjate en la forma general: párrafos largos, pocas intervenciones de voces. Seguí escribiéndolo y para el Acto 2 me di cuenta que esto era más una crónica para ser leída que para ser escuchada. Para el Acto 3 yo ya escribía solo titulares y no quería hacer más escenas. Uno y otro día procastiné terminar la historia, sentí que ya no quería hacerlo, que me puse contra la espada y la pared por escribir esto. Para explicártelo voy a hacer un pequeño paréntesis:
Hay una parte de este episodio que se basa en un evento de la vida real: una serie de denuncias de acoso sexual a jóvenes periodistas de la radio pública. Expuse el caso en Octubre de 2022 y a la fecha más de 30 testimonios se han sumado y hay abierto un caso judicial al respecto. En su momento, fui la primera en denunciar.
Fue uno de los actos más importantes para mi como periodista. Pero tuvo un costo emocional muy alto, razón por la cual siento que ya dije lo que tenía que decir sobre ello y no quiero dedicarle una letra más.
¿Entonces cómo iba a terminar esta historia?
Se convirtió en un poema.
Una vez más, fui salvada por la ayuda de la amistad. Circulé el guion con Laura Hernández y con NK Kelly, ella estaba escribiendo Basket Case, que comenzó como un ejercicio artístico y se volvió un ejercicio periodístico. Yo quería ir en la dirección contraria. Entonces lo que me aconsejó NK es (lo que le yo le aconsejaría a cualquier persona que escriba y se encuentre en un callejón sin salida):
Lee lo que has escrito en voz alta, presta atención a las emociones que genera en tu cuerpo y sigue lo que más te emocione. Escribe siempre lo que te emocione más.
El desamor era lo que seguía llamándome. Y siento que esa emoción fue algo que nunca se dijo en los artículos periodísticos, ni entrevistas. Ese dolor de que un trabajo que amas no te corresponda cuidándote de vuelta. Guardé todas las versiones narrativas de esta historia y comencé a escribir un poema. El vehículo para narrar emociones más que hechos periodísticos.
La primera versión de esto tenía como cinco páginas, era una descarga de ideas, un poquito de prosa y verbo aquí y allá. Un camino diferente para mi escritura que fui puliendo a lo largo de las semanas hasta compilarlo en solo tres páginas. Un Acto I, Acto II y Acto III.
Me grabé y sonaba todo muy plano. (Era yo, queriendo no ser vulnerable). Entonces pedí la ayuda de MJ García, una actriz colombiana muy brillante que conocí en San Francisco gracias a Camilo Garzón y la versión en vivo que hicimos de Soroche.
MJ interpretó el poema y por primera vez me sonó musical.
¿Qué pasaría si…?
Este episodio es una canción.
En una conversación con Nilsson lo entendí, “¿Por qué te quieres casar con una sola fórmula? si esto es arte, deja que sea libre”.
Una vez lo acepté, hice muchas grabaciones del poema: en voz de Lau grande, en voz de Lau rockera, en voz de Lau pequeña, en voz de periodista. Tuvo sentido que para mi protagonista, una adolescente que ama el rock, esta canción fuera su grito de rebeldía para mostrar todo lo que no quiere. En esos ensayos me salió la melodía del coro “se que lo que quiero consigo y lo mejor de estar contigo era yo”.
Inspirada en los títulos de Bob Dylan y poemas a lo Leonard Cohen le puse a esto “La Balada del Trabajo Soñado” y en Noviembre, cuando llegué a Bogotá, me junté con Sebastián Izáciga. Hicimos la canción en una sola tarde.
De todas las tomas, escogimos una con mi registro normal y bien conmovida. Aunque tengo una donde canto a todo pulmón, esta versión declamada- cantada tiene más sentido para la historia: Se trata de aflorar ese sentimiento. No es una toma donde canto lo mejor que puedo cantar, estoy nerviosa y frágil y por eso la escogimos.
Llovía durísimo cuando llegó Ellen Herrera al estudio de Sebas y por acto de magia, le sumó unos coros bellísimos al final. A mi me suenan como si las versiones de Lau del pasado y del futuro se encontraran.
El diseño sonoro de Daniel Murcia completó la sensación entre mundos que queríamos lograr. Ahora sé que hacer una canción fue el camino correcto.
La cereza del pastel: La portada animada cuadro a cuadro.
Esto es enteramente crédito de Nilsson Cajamarca. Cuando hicimos todo el arte de la serie con Lau Correal siempre vimos la portada de este episodio como esa larga carrera para alcanzar los sueños y como ese sueño siempre se hace más y más lejano.
Es también el último impulso de nuestro personaje. Viene de salir a flote, del mundo del agua y ahora va directo a lo opuesto, al mundo del aire, como tantos jóvenes sentimos que debemos correr y hacer mil cosas antes de alcanzar los 30 años.
Entonces quisimos congelar esa carrera en el tiempo. Tomamos la ilustración de Lau y se la pasamos a Diego Doncel, que dibujó la carrera cuadro a cuadro. Después le agregamos color a cada cuadro y Nil lo integró. Aquí el proceso y resultado.
Es momento de que esta criatura camine por el mundo.
Ya está, hoy les entrego La Balada del Trabajo Soñado. Con muchísimo agradecimiento a todas las personas que me ayudaron a hacerla realidad.
Cuéntenme sus impresiones en la sección de comentarios de este video, les estaré esperando.
Ps: sacamos la versión audio-only en Spotify hasta mañana (le damos prelación a Youtube con la portada animada).
Si quieres apoyar este proyecto independiente, suscríbete a este Substack.
¡Me dieron muchos antojos de oír el podcast!