Una herramienta, una opinión y algo bello para leer.
Escribir en voz alta es el laboratorio de escritura de Laura Ubaté. ¿Qué te gustaría leer?
Hola tú
Esta semana celebro las primeras 200 suscripciones a este Substack :) ¡Uhuuu! Comencé este espacio mantener viva la llama de mi amor por el oficio del audio narrativo y me mantiene motivada llegar a cada fin de semana con un texto nuevo. Muchas, muchas gracias por venir a leer.
A propósito de leer, me he estado preguntando mucho ¿Qué te gustaría recibir de mí? Tengo mucho que compartir y decir, pero la idea es que recibas de este espacio algo que te aporta o responda a algo que también te estés preguntando. Así que hoy vamos con un formato nuevo y con una encuesta ¿vale? Tres opciones de contenido, tres opciones para votar.
Una pequeña actualización antes de comenzar: esta semana compartí un doblaje en inglés que hice para 99% Invisible, fui Marimar Terrón, la voz detrás del perifoneo “Se compran colchones” de Ciudad de México. Absoluta leyenda. También ando contenta porque escribí una guía feminista del ChatGPT para Volcánicas. Es todo lo que quisiera haber leído cuando comencé a usar el chatbot, recomendadísimo. Ahora sí, vamos a ello.
Una herramienta
Ya que tuve que pasar varias horas escribiendo con el calor de verano afuera y el runrún del aire acondicionado, estuvo bien complejo entrar en “la zona” de concentración. Probé playlists y canales de Youtube… sirven pero me quedo con esta herramienta: ruido café o Brown noise. Dos minutos escuchando esto y tu mente se concentra sí o sí.
El Brown noise es un tipo de ruido donde prevalecen las frecuencias medias y graves, se llama Brown no por el color, sino por Robert Brown, el primer humano en crear este ruido. De todos los ruidos generados de forma artificial, este es el que suena más natural, suena como a un aguacero tranquilo. Cuando lo escuchas tu sistema nervioso se relaja y como resultado piensas mejor y de forma más consciente. El Brown noise se estudia hace muchos años para personas con déficit de atención y falta de sueño. Para mí ha sido el santo grial de la concentración. Para la escritora Zadie Smith también es un fundamental. Si quieres saber más de este ruido, te recomiendo este artículo.
Una opinión
El pódcast de Maria Jimena Duzán es la ciencia según la cual, todo queda tal cual. Comenzó como una serie de entrevistas en Youtube en Agosto de 2021, donde la periodista entrevistaba a alguien y generaba polémica sobre un tema de coyuntura de la política colombiana. A ver, la amamos y nos encanta ver a una periodista con su experiencia teniendo entrevistas a profundidad, o como dice mi colega Gloria Susana Esquivel “MariaJimenasplanning” el mundo de la política. Funcionó tanto que en Septiembre de 2022 el show devengó en el Spotify Original “A Fondo: con Maria Jimena Duzán”. En él Maria Jimena experimentó con distintos formatos: audiocolumna, panel, entrevistas a profundidad, entre otros. Al pódcast le iba tan bien, que Maria Jimena dedicó su canal de Youtube solo a promover los episodios. Todo bien: “A Fondo” siempre estaba de primero o segundo en los rankings de escucha de Colombia. El pódcast cambió de fondo azul a verde. En Julio 2023 Maria Jimena anunció que “por petición de muchas personas” ahora su pódcast estaría en Youtube. (¿Luego no era un Spotify Original?). Que sí, que todo bien, que ahora los Spotify originales también están en otras plataformas. Subieron el audio a la plataforma de video con la imagen fija de la portada de Spotify (ley del mínimo esfuerzo) y dejenme decirles que entre más capitulos, más se colaban problemas de captura de audio y efectos de sonido que nada que ver con el contenido.
Algo estaba raro, lo vinimos a entender hasta final de Julio de 2023, casi dos años después del estreno del podcast. Maria Jimena cambió la portada de “A Fondo” a naranja, el “Spotify” por “Mafialand” y subió a Youtube un nuevo episodio a dos cámaras ¡de una! entrevistando al presidente Gustavo Petro. Por un acto de magia que ni yo, ni mis colegas del pódcast entendemos, el feed del show quedó como “Mafialand” en Spotify y los episodios cambiaron de portada de Marzo 2023 en adelante.
En resumen: el podcast periodístico más escuchado de Spotify Colombia nació en Youtube y quedó en Youtube, igual que al principio. “MariaJimenasplanning” lo hizo de nuevo.
¿Por qué se termina el acuerdo de Spotify con un show tan escuchado a menos de dos años de su estreno?
¿Qué tenemos que hacer para recuperar el feed de un podcast Spotify Original?
¿Y de qué le valió al pódcast colombiano que Maria Jimena fuera podcaster?
Son preguntas que solo tú me dirás si tienen respuesta. Recomiendo este análisis extra de mi colega Daniela Arias en el newsletter de Naranja Media. Y Maria Jimena, si me estás leyendo: amiga porfavor ya cambia las marimbas para empezar el programa, sí se puede y se puede mejor.
Para cerrar: algo bello y memorable
Las galletas wafer de chocolate son como mi snack favorito de todo el mundo. ¿Las conoces? En Colombia hay unas chocolatinas que son de wafer que venden como en empaque tamaño familiar, rellenas de sabor a limón, a chocolate o a fresa. Me encanta porque son dulces, pero no tanto y como vienen varias si te comes una no se nota ¿me entiendes? Sientes que siempre hay espacio para más.
Cuando llegué a Estados Unidos, sobretodo los primeros meses, me pasaba hasta 40 minutos frente a la sección de galletas del supermercado, así, en silencio y concentración profunda. Escaneaba oreos de limón, galletas de zanahoria, de chips, en forma de conejito, de lo que fuera. Ninguna como las wafer de Colombia. Y yo ahí, terminaba escogiendo algún paquete de galletas pero como con rabia. Me las llevaba a la casa y las abría con desconfianza. Muy secas, muy artificiales, muy dulces, muy insípidas. Me daba cuenta de eso al primer mordisco, pero si hay algo que aprendes cuando empiezas a vivir sola es que la comida jamás se desperdicia así que podrá estar maluco pero es tuyo, eso va, cada cosa que compras es un compromiso a largo plazo. Entonces: no solo supe que cada galleta era maluca sino que lo supe cada vez que las comí, hasta la última.
Con el tiempo encontré ponquesitos que no llevaba porque eran muy caros o galletas de otra marca de Colombia y así. Mientras tanto una comienza a tener otras prioridades y a tomar buses equivocados, a pedir el sabor de gaseosa que no es y a gastarse platales en cosas que al final son más bien innecesarias. Durante el segundo año en Estados Unidos comencé a hablar con las compañeras de clase de mi novio. Peladas de Taiwán. La gente más divertida y correcta del mundo. Les encanta la comida casera, jugar majong y me caen re bien. Aveces rajan de China y yo rajo de EEUU y entonces nos entendemos ultra bien. Por esos días conocí al Profesor Duff, de Singapur, que nos llevó a su restaurante favorito una noche. Ordenó por nosotros arroz y mapu tofu. Nos contó que es un plato que se remonta a la china feudal, cuando una cocinera de la calle hacía esa salsa naranja con cubos de tofu y hojuelas de picante rojo. Dijo Duff que la receta se hizo tan famosa que hasta el rey de esa tierra mandaba lacayos a comprarla y como al servirlo el tofu quedaba salpicado de puntos rojos, le pusieron Mapu Tofu o Tofu pecoso. Es suave, salado, jugoso y lleno de sustancia. Desde entonces es lo que pedimos cuando nos sentimos abundantes.
En Navidad las chicas de Taiwan volvieron a casa y en Enero, al comenzar las clases, un día llegó mi novio con un paquetico para mí. Un cubo color beige mate con textura de papel mantequilla. Tenía una inscripción en mandarín y la figurita más adorable de un bichito montando bicicleta. “Es un ponquesito de manzana que Tiffany trajo de Taiwán” dijo mi novio. Quedé tan contenta de sostener algo que atravesó el planeta y de que Tiffany me recordara para darme esto que guardé el ponquesito y duré varios días solo mirándolo.
Pero ya sabes que cuando el hambre llega, ataca. Una mañana me hice un té y lo serví en el mejor pocillo. Me senté frente a mi escritorio de bambú, tomé el primer sorbo. Luego abrí el ponquesito, con cuidado de no dañar el empaque. Saqué el cubo de masa como quien abre un cajón nuevo. Olía a manzana fresca. Mordí con la mayor suavidad y cerré los ojos, era increíblemente esponjoso. La masita se deshizo re tranqui esparciendo el sabor, puro sabor a manzana. Como una nube de manzanitas con trozitos de manzana y un bichito en bicicleta regando felicidad. Dulce, pero no tanto. Fresco y presente. Pensé:
Este es el mejor ponquesito. Mejor que las wafer de chocolate.
Estoy tan en desacuerdo con Daniela Arias que podría explotar